martes, 13 de mayo de 2014

Tallar en hueso una cara

Primero hay que escoger un trozo de hueso lo suficientemente grueso, 15 mm aprox. Es importante hacer un buen dibujo de partida. En este tamaño es muy fácil perder la simetría y las proporciones!

Al principio trabajo con fresas de carburo de tungsteno para desbastar el material. Utilizo la End Mill 2 labios 0.8mm para quitar hueso a lo bestia, la Dremel esférica 1/8" modelo 9905 para las superficies, cuello, pómulos, etc. Y la Chip Breaker 1.15mm para los detalles. Es un momento crítico, porque hay que vaciar entre un 50% y 60% del hueso y si te pasas no hay vuelta atrás. Se trata de vaciar la mayor parte del hueso y a la vez, saber cuando es el momento de parar. 

En esta primera parte, manda la nariz y las cuencas de los ojos. Existe un mínimo de profundidad necesario para darle volumen a la cara, pero nunca se puede olvidar que se trata de un bajorrelieve! Demasiado volumen lleva a un callejón sin salida!

Y en algún momento, antes o después, hay que cambiar a las fresas de diamante. Las fresas de diamante no tallan, en realidad lijan la superficie del hueso y por eso mismo, aunque son más fáciles de usar, se tarda mucho en arrancar material.   Al principio, por miedo a pasarme, cambiaba muy pronto al diamante y me eternizaba al tallar una cara.

En diamante, uso 5 fresas esféricas con diámetros que van desde los 0.8 mm hasta los 2.5 mm. Cuanto más gruesa más fácil dejar una superficie lisa. Y para los detalles utilizo una fresa de diamante con forma de huso.

Para la raya de los ojos, las aletas de la nariz o las comisuras de los labios siempre vuelvo a la V-bit con punta de 0.2 mm. Para los bordes de los párpados o de la cara, recupero la End Mill 2 labios 1.15 mm. Es curioso, pero no siempre la fresa mejor es una fresa nueva. Al principio cortan demasiado y son difíciles de dominar, después de un tiempo de rodaje llegan a su estado óptimo. 

Al trabajar en un espacio tan reducido es imposible tomar medidas, las distancias, alineaciones, grosores... se calculan "a ojo" o, mejor dicho, "a sentimiento". Puesto que, muchas veces, la acumulación de virutas de hueso impide ver por donde discurre la punta de la fresa. No se ve, pero se nota.

No se puede trabajar con el hueso amarrado a un soporte. Cualquier pieza que tallo la sostengo con los dedos de la mano izquierda y la cambio de posición constantemente, por un lado, para ajustar el ángulo de ataque de la fresa, y por otro, para cambiar la incidencia de la luz. Solo moviendo las sombras se pueden tomar decisiones...

Desde que imaginé la pieza "Mujer Meditando" sabia que la cara debía expresar serenidad y paz. Ser escultor significa encontrar esa ligera sonrisa, o dejar que detrás de los ojos cerrados se adivine el transcurrir de la vida interior. Y después está la luz... La percepción de cualquier pieza de hueso varía enormemente dependiendo de la luz. Esta foto, hecha con el móvil, está tomada colocando la cara sobre la cubierta de un libro de Julio Verne, al lado de la ventana, y los tonos amarillos corresponden al rebote de la luz exterior en la pared color albero.

Lo bonito de trabajar a mano es que cada pieza es diferente, cada día es diferente y nunca sabes cuando va a surgir la magia. Lo hermoso de trabajar en hueso es que tus obras pueden durar, sin problemas, 100 años.

miércoles, 7 de mayo de 2014

Preparar hueso para tallar en invierno

Pieza nº10 de "Mujer Meditando", para las lineas de los ojos, la boca y el pelo, uso una fresa V-bit con punta de 0.2mm. Creo que el hueso tiene que estar muy bien preparado para resistir ese nivel de detalle.

Aunque solo lo hice una vez, estaba seguro que controlaba la forma de preparar hueso para tallar. Me habían quedado perfectos. Tres meses sumergidos en agua y la materia orgánica se despegaba como la plastilina en una mesa de cristal. Tenía todo preparado, en esta ocasión, los huesos llevaban a remojo cuatro largos meses.

Y allá voy ¡Ataque relámpago! Madrugar, dos horas en coche para llegar desde A Coruña a Louzara, una limpieza rápida, unos cortes con la radial y a empaquetar las piezas de hueso. Antes de que se ponga el sol estaré de vuelta en casa de mi suegra celebrando la Navidad.

El duro invierno de Louzara. Detrás de esos arboles está el garaje, y detrás del garaje, maceraban los huesos en agua.

Entonces ¿Que hago después de siete horas, mientras cae la noche, intentando sacar con el agua a presión de la Karcher unos restos de cartílago que se agarran al hueso como moluscos a una roca? ¿Que hago congelándome en esta montaña de O Caurel? Estoy sin comer, me he empapado y por mas que le doy, no consigo limpiarlos...

¡El frío conserva la materia orgánica! Así de claro. ¿Como es posible que no lo viera venir? Y eso no es lo peor, mi error me ha hecho descubrir que si un hueso sufre varios ciclos de congelación dentro del agua, se pueden formar unas finas grietas que lo debilitan. Estas fisuras, aunque no se ven al principio, aparecen durante la talla (incluso al final, en el lijado), y en el peor de los casos, pueden llegar a romper la pieza.

Pero entonces, ¿Como puedo preparar hueso en invierno? Mientras, casi sin luz y con las manos heladas, intento limpiar los huesos todo lo posible, la cabeza no para... El hueso de vaca no es marfil, pero hay dos cosas que le permiten acercarse a sus cualidades. La primera, utilizar solo la parte "compacta" del hueso. La segunda, no destruir las fibras de colágeno durante el proceso de preparación y limpieza. Eso significa que no puedo hervir, no puedo usar sosa, ni lejía, ni agua oxigenada, ni ningún otro producto químico...

Trozos de fémur de terneras que pacen en los prados de Samos, en el Camino de Santiago. ¿Solo eso?
Pues para empezar... No vuelvo a dejar restos de materia orgánica antes de meter los huesos en agua, ¡ni de coña! Si los hubiera limpiado bien, hace cuatro meses, no estaría ahora salpicado de tuétano hasta las cejas. Además, cuanto más limpios entren a macerar, mejor saldrán después.

Para tallar solo es útil la parte compacta.
Otra cosa que sufrí estas navidades, es la importancia que tienen los primeros cortes que se hacen en el fémur para seleccionar la parte útil. Para tallar, solo vale el hueso compacto, cualquier intento de aprovechar más, lo único que hace es complicar el proceso de preparación. En el centro, la cara interior del hueso también es compacta, lo que permite quitar el tuétano fácilmente. Hacia los extremos, esa misma superficie, se va llenando de minúsculas cavernas imposibles de limpiar. Te lo digo yo! Ni con el agua a presión de la Karcher!

Vale, solo corto el trozo compacto central y quito con un buen cuchillo toda la casquería ¿Y después?

En realidad, lo que sucedió el verano pasado con aquellos huesos que quedaron en el balcón, dentro de una olla rota llena de agua, no fue otra cosa que una larga cocción a temperatura ambiente (40º aprox.) que hizo que toda la materia orgánica se desprendiera limpiamente. Y eso es lo que tendría que hacer ahora, cocer los huesos a fuego lento (sin dejar que el agua se acerque al punto de ebullición para no dañar el colágeno) durante varios días. Cada cierto tiempo habría que retirar la grasa acumulada en la superficie y añadir más agua para sustituir la que se pierde por evaporación. Y repetir el proceso hasta que ya no hubiera grasa y el agua permaneciera limpia, después, quitaría los huesos y los dejaría secar...

Pero no hay tiempo, tengo que llevarme los huesos tal como están.

Siete bolsas de plástico (todas las que encontré en la casa), he cerrado bien cada una antes de meterla en la siguiente, y aunque tomé todo tipo de precauciones, el coche apesta y este hedor, lo sé, no se va a ir en todas las vacaciones. Durante el lento camino de vuelta, de noche, por la estrecha carretera de montaña, tengo muy claro que me van a colgar de los pulgares en cuanto llegue a casa de mi suegra, por llevar huesos sin limpiar, llegar tarde a la cena de navidad, empapado y apestando a muerto.

La carretera de Louzara cuando aun había luz...
Vuelve a nevar y antes del puerto de Aira Padrón necesito poner cadenas... No me molesta, también soy técnico especialista en cadenas, pero lo extraño, lo extraño, es que ya no me fastidia el nuevo retraso. No existe el frío, no hay miedo ni preocupación... El hueso manda, y como la madera o la piedra, es una material sujeto a las leyes de la naturaleza, sus características lo hacen especial, es noble y difícil, pero va a ser un hermoso proceso intentar conocerlo. La verdad es que me empieza a gustar esto de ser... El Escultor de Huesos.

La misma talla en dos huesos diferentes. La de la derecha, la nº11, está realizada en uno de aquellos huesos del invierno. ¿Porque tiene tanta veta? No lo se, pero me gusta...